A veces hay desesperación por experiencias previas negativas, por lo que desde el inicio se debe procurar establecer una relación médico-pacientes estable y duradera que aumente las probabilidades de éxito. Estas parejas enfrentan una crisis real, temen no poder lograr tener hijos y todo lo que eso puede representar en su vida. Además el problema es muy íntimo, de difícil comunicación y larga duración que se exacerba en situaciones especiales. En ocasiones, uno de los miembros de la pareja no parece comprender al otro y esto causa conflictos en su relación. Un buen estado emocional y actitud positiva aumenta notablemente las probabilidades de éxito.
A los médicos se presentan retos muy diversos como casos de muy mal pronóstico, expectativas irreales y publicidad deshonesta. Con frecuencia se les presiona para obtener pronto el embarazo deseado y como son problemas con experiencias negativas frecuentes, la deserción es común. A veces reciben halagos de quienes tienen grandes esperanzas en ellos y perciben su problema solo debido a la incompetencia de los que les trataron o, al contrario, hay resentimiento contra médicos que les informan de un mal pronóstico o que les han tratado sin resultados.
Los pacientes no suelen estar preparados para esta situación y sus reacciones son diversas, complejas y, en ocasiones, irracionales. Necesitan saber si existe o no un problema, cuál es la casa o causas del mismo, si hay tratamiento efectivo para ello, en que consiste, que implica, cuánto dura, cuál es el costo y qué pronóstico tiene. La información que encuentran a su alcance con solo navegar en la red es profusa y, por intereses comerciales, no siempre honesta. Con frecuencia se requieren estudios adicionales que consumen tiempo, dinero y esfuerzo, lo cual es desgastante.
Se requiere, desde la primera cita, escuchar con atención, incluso el lenguaje no hablado y tratar con cortesía, respeto y sin prisa. La organización es fundamental, tanto de la pareja como del médico. Las parejas que llegan con toda la información pertinente, organizada por fechas, con los resultados de exámenes, tratamientos y operaciones les reditúa más la entrevista. A su vez la pareja percibe si el sitio donde se le entrevista asegura la confidencialidad, refleja organización y limpieza, además si el médico se muestra interesado en su caso, pregunta información relevante, evita al máximo interrupciones o distracciones y les explica de manera convincente y accesible.
El médico tratante es el responsable de dar apoyo emocional y de detectar desde un inicio si se requiere una atención adicional especializada por un profesional calificado en salud mental, porque el estrés del problema es mayor que el habitual al enfrentarse a una situación de muy mal pronóstico que requiere alternativas para las que no están preparados o por otras causas relevantes de la historia clínica como ansiedad, depresión, angustia, hábitos peligrosos, uso de psicofármacos, diagnóstico de enfermedades psiquiátricas, trastornos sexuales, solicitudes y expectativas irreales y otras. El papel de este profesional en los centros de fertilidad se ha expandido: evaluador, terapeuta, analista, motivador, entrenador, consejero y otros. Este profesional a su vez debe estar enterado de los alcances y limitaciones de los tratamientos propuestos y del estado emocional de la pareja. Debe, sin romper la confidencialidad, mantener informado al médico tratante y al staff de las necesidades emocionales de estas personas y si requieren tiempo o apoyo adicional.