Se intenta experimentar tener hijos de ambos sexos, lo cual es muy válido. Sin embargo los métodos más sencillos o naturales son los menos eficaces, mientras que los más seguros tienen implicaciones que deben considerarse.

Cada espermatozoide tiene un cromosoma X o un Y, mientras que todos los óvulos contienen un cromosoma X, por lo que quien define el sexo es el espermatozoide. Se considera que los espermatozoides con cromosoma X son más grandes y más resistentes, mientras que los espermatozoides con cromosoma Y son más rápidos, pero más frágiles. Una medida muy sencilla para aumentar las probabilidades de tener un hijo varón es programar relaciones sexuales exactamente durante la ovulación. Esto puede lograrse con un seguimiento folicular con ultrasonido y con una programación exacta mediante una inyección de gonadotrofina coriónica.

Para aumentar las probabilidades de tener un hijo del sexo femenino se deben programar relaciones doce horas antes o después de la ovulación, a ello puede agregarse antes del coito programado acidificantes vaginales. Se usan alcalinizantes para niños. Hay métodos de laboratorio para separar espermatozoides de diferente sexo con distinto grado de eficacia para usarse en inseminaciones, los mas simples son los menos efectivos, mientras que otros como la citometría de flujo son más caros y a veces disminuyen mucho la calidad de la muestra, aparte no son cien por ciento seguros.

“El desear un hijo de un sexo especifico es una petición muy frecuente por razones no médicas.”

Lo único con absoluta seguridad para selección de sexo, muy válido en indicaciones médicas como enfermedades ligadas al sexo, sería la realización de un tratamiento de ICSI para obtener embriones en estadio de blastocisto ( día 5), que permita realizar una biopsia de trofectodermo de cada óvulo fecundado para, además de asegurar que la carga cromosómica sea normal, nos indique el sexo (PGT-A). Lo cual nos lleva a la posibilidad de solo encontrar embriones sanos del sexo no deseado o de encontrar embriones sanos de ambos sexos. Esto debe considerarse y el centro de fertilidad obtener consentimientos informados de la pareja para decidir el destino de los embriones sanos del sexo no deseado.

Las solicitudes de las parejas se basan en su religión, cultura, condición económica, o decisiones ya tomadas relacionadas a la búsqueda de un bebé de un sexo determinado, o sencillamente no quiere someterse a tratamientos más invasivos, cada razón es muy válida, pero si es importante tener claro que las vías naturales o levemente asistidas como coitos programados o inseminaciones intrauterinas, tiene menor tasa de éxito en comparación con las técnicas de alta complejidad como la fertilización in vitro y el PGT-A, pero que esto requiere toma de decisiones muy trascendentes.