Se recomienda intentarlo por un año antes de solicitar ayuda profesional, si no hay sospecha de que algo esté disminuyendo la fertilidad en alguno de los cónyuges.
Si hay datos que sugieran problemas de fertilidad (edad avanzada, menstruaciones irregulares, alteraciones hormonales, endometriosis, miomas, varicocele, infecciones en órganos pélvicos, cirugías en área pélvica, datos de infecciones, enfermedades crónicas, problemas sexuales, ovarios poliquísticos, tratamientos previos sin resultados ,etc.) el estudio se inicia de inmediato.
Debe distinguirse la infertilidad de la pérdida gestacional recurrente en donde la pareja logra embarazos pero estos presentan pérdidas tempranas repetidas. El enfoque de estas parejas es diferente al de las parejas infértiles.
Cuando después de un tiempo de intentarlo, una pareja no logra tener hijos, se enfrenta a una situación diferente a otros problemas médicos para lo cual habitualmente no está preparada. Sus reacciones son diversas, complejas y a veces irracionales. Necesita saber si existe o no un problema, cuál es la causa o causas del mismo, si se dispone de tratamiento efectivo para ello, en que consiste, cuánto dura, cuál es el costo y que pronóstico tiene.
La información que ahora encuentra por internet, desde su hogar o sitio de trabajo, con solo navegar por la red, es profusa y no siempre honesta. Deben verificarse las credenciales de los médicos que escriben y afortunadamente con los avances cibernéticos se facilita consultar el curriculum de los mismos.
La infertilidad afecta a una de cada cinco o seis parejas en edad reproductiva y la incidencia tiende a aumentar por las tendencias de la vida moderna, entre otras: posponer la fertilidad para edades mas avanzadas, la diseminación de obesidad entre la población, así como hábitos nocivos como el tabaquismo, uso de drogas recreacionales y desafortunadamente a veces la infertilidad es el resultado de tratamientos médicos o quirúrgicos que disminuyeron la capacidad reproductiva.
El pronóstico depende de la causa o causas, hay algunas con muy buen pronóstico y otras que requieren tratamientos mas sofisticados y que no se resuelven con los tratamientos médicos o quirúrgicos convencionales y requieren de reproducción asistida.
La infertilidad con gran frecuencia es un problema para el cual las parejas no están preparadas. Representa una crisis mayor puesto que los recursos habituales no son suficientes para sobrepasarla y arriesga metas y objetivo vitales llegando a afectar la estabilidad matrimonial. Afloran múltiples sentimientos que a su vez causan reacciones que dificultan su manejo.
Un ginecólogo bien preparado, actualizado y certificado está capacitado para tratar la mayor parte de los tratamientos médicos y quirúrgicos causales de infertilidad, pero debe saber que casos requieren ayuda mas especializada e instalaciones con tecnología avanzada para ofrecérselas a sus pacientes, ya sea trabajando en forma conjunta con un centro de fertilidad o refiriendo a sus pacientes a centros donde este convencido del profesionalismo, ética y calidad humana en el trato a estas parejas.